Modo de Empleo

Este blog no se lee de arriba a abajo,
No estás leyendo versos, sino cartas,
Stewart o Caronte, quien reparta
que ponga la etiqueta a su trabajo.

Así, primero clica en "etiquetas"
y tendrás las epístolas juntitas.
¿leer de carrerilla? ¡quita, quita!
un lío, un error craso, una puñeta.

Ya ves, este es un blog con instucciones
de uso, síguelas, no es tan complejo,
tampoco hay que agitar antes de usar.

El tema es divertirse, ¡qué cojones!
si pasas y al salir estás perplejo,
ya sabes, tu deber es opinar.

miércoles, 13 de junio de 2012

Rey

Si mi alma, que es cruel, no me traiciona,
Y el mundo del que huyo a la carrera
No sabe que me escondo en mi trinchera
Tal vez disfrutaré de mi corona

De rey de mi fortuna peleona,
Monarca de la suerte traicionera,
De déspota sin patria ni bandera
De dueño de un ayer que no perdona.

Si fui solo un esclavo de mi vida,
Hoy mismo me rebelo ante mi espejo
Rompiendo el muro de los calabozos

Y cojo cada rienda y cada brida,
Que pronto olvidaré lo que me dejo,
Atrás solo me quedan los sollozos.

Sigues siendo el rey

Tal vez el cruel destino se amotine
y lastre al fin tu vuelo hacia otra vida,
tal vez olvides lo que no se olvida
y un vil recuerdo oscuro te asesine.

Es posible que acabes desterrado,
o más aún, montando en guillotina,
y derramando alcohol y nicotina
mordido por los perros del pasado.

Quizás tu reino sea de otro mundo,
no eres ni el primero ni el segundo
que sufre con las tablas de esta ley.

Quizás hayas perdido la batalla,
pero si no has perdido las agallas,
no temas porque sigues siendo el rey.

Mi trono

Bendito José Alfredo, compañero,
tal cual dijera ya el gran Sabina,
Pues sigo siendo el rey de la oficina
por más que no me apoyen plebe y clero

da igual si con dinero o sin dinero,
si intenta derrocarme mi zarina,
o vendo mi reinado en la cantina,
a golpe de rimar, lo recupero.

Pues claro, digo yo, como tú dices,
mi reino, mi lugar, no es de este mundo,
al que nada le debo ni perdono.

Mi reino es un país de cicatrices,
de versos sobre el daño más profundo,
ahí, junto a un poema, está mi trono.

Tu reino

La ley de tu palabra busca enmienda,
que la mejore, sí,  que la corrija.
El rey es rey elija lo que elija
si elije un buen ministro en la contienda.

Por eso estoy aquí, pese al lumbago,
y pese a los achaques de la edad,
estoy cansado, pero en realidad
nací para escribir y es lo que hago.

Volvamos puntuales a la cita,
tu reino no está aquí, esta en otro lado,
y en esto quiero ser tu acompañante.

Tu reino es la palabra bien escrita,
tu reino es una tecla en un teclado,
tu reino es una rima consonante.



Nuestro reino

Mi reino sin alfiles ni peones
no es reino si mis versos no corono,
por eso, siendo rey, me enfundo el mono,
de insólito albañil de las canciones.

Mi reino es también tuyo y de tus clones,
y mientras no te vayas, no abandono,
ya sabes, sobra espacio en mi trono,
para todos tus versos y creaciones.

Que irónico, el patán republicano,
que soy, que seguiré siendo y he sido,
se vuelve rey si sigues a mi vera.

Por eso, compañero, pibe, hermano,
mi reino solo es si es compartido
con el rey de esta ronda sonetera.