Modo de Empleo

Este blog no se lee de arriba a abajo,
No estás leyendo versos, sino cartas,
Stewart o Caronte, quien reparta
que ponga la etiqueta a su trabajo.

Así, primero clica en "etiquetas"
y tendrás las epístolas juntitas.
¿leer de carrerilla? ¡quita, quita!
un lío, un error craso, una puñeta.

Ya ves, este es un blog con instucciones
de uso, síguelas, no es tan complejo,
tampoco hay que agitar antes de usar.

El tema es divertirse, ¡qué cojones!
si pasas y al salir estás perplejo,
ya sabes, tu deber es opinar.

sábado, 4 de junio de 2011

A viento y marea

El viento ha traicionado a la marea
que amó con su locura desatada
y todo lo que siente queda en nada,
perdiendo la razón lo que desea.

Despecho engalanado en mies de anea,
latidos que complican la alborada,
la noche hunde el azar y la mirada
del aire triste en un pozo de brea.

No es que el vientgo no quiera ya a las olas,
es sólo que prefiere estar a solas
rumiando un pentagrama de trompeta

que unirse con la espuma desabrida
de un mar que hace ya tiempo le dio vida
y hoy sólo le da huecos de maleta.

No te dejes liar

El viento es un amante que no sigue
las reglas nunca escritas del amante,
Él puede amodorrarte con su cante,
pero nunca le pidas que te abrigue.

El viento es un amante peligroso,
que da lo que te quita en otras lides.
El viento te amará,pero no olvides
que sólo el viento sale siempre airoso.

El viento es frío y a la vez caliente,
Lo mismo te da fuerza o te amilana,
te arrebata las cosas importantes,

No te dejes liar por el poniente,
Escápate si sopla tramontana,
y no te dejes ver con el levante

El viento y el mar

El viento nunca sabe lo que quiere,
el mar siempre es cambiante y siempre esquivo,
el viento no precisa un buen motivo,
pero hay veces que entona un miserere.

Al mar tanto despecho al fin le hiere,
el viento jamás firma lo que escribo,
el mar, no obstante, abraza que está vivo,
pues por mucho que duela, el mar no muere.

El viento deja al cierzo en la estacada,
y embiste al buen jaloque en la frontera
queriéndose escapar por el gregal,

El mar es la paciencia reencarnada,
pues sabe que al amor, si se le espera,
acaba por volver a su canal.