Modo de Empleo

Este blog no se lee de arriba a abajo,
No estás leyendo versos, sino cartas,
Stewart o Caronte, quien reparta
que ponga la etiqueta a su trabajo.

Así, primero clica en "etiquetas"
y tendrás las epístolas juntitas.
¿leer de carrerilla? ¡quita, quita!
un lío, un error craso, una puñeta.

Ya ves, este es un blog con instucciones
de uso, síguelas, no es tan complejo,
tampoco hay que agitar antes de usar.

El tema es divertirse, ¡qué cojones!
si pasas y al salir estás perplejo,
ya sabes, tu deber es opinar.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Entre mis canas

El tiempo está atrapado entre mis canas,
de blanco viste hoy mi calendario.
Ayer no existe en mi vocabulario
no existe ni el pasado ni el mañana,

El tiempo, ese enemigo sanguinario,
dispara horas, días y semanas,
el tiempo amarillea en la ventana
ajando mi castillo imaginario.

El tiempo en fin es eso que nos pasa,
y moja nuestra piel hasta arrugarla,
y no sabe de treguas, ni armisticios.

El tiempo es un reloj que nunca atrasa,
y el tiempo que he invertido en esta charla
se fue... ¿qué te parece el sacrificio?

El tiempo...

El tiempo, ese enemigo que da voces,
perdido en el vaivén del día a día,
canción mitad de blues y de alegría
que amansa hasta las fieras más feroces.

El tiempo hace guarida entre los roces
de mi copa de ron medio vacía
y escribe con fatal caligrafía
un verso de un autor que desconoces.

El tiempo, aunque no existe, es necesario,
compinche del reloj y el calendario,
rival del calendario y el reloj.

El tiempo es enemigo y aliado,
al tiempo cariñoso y despiadado,
y así queda grabado en este blog.

Al fondo del camión

Si descarrila el tren sobre la arena
y el viento arrastra todo, hasta la sombra,
no busques en la voz que no te nombra,
la libre absolución, ni la condena.

El tiempo nunca supo de alianzas,
a todos nos aplasta con su ley,
Y oculta su retrato Dorian Gray
al fondo del camión de la mudanza.

No des cuerda al reloj, no es necesario,
no cambies cada año el calendario,
Jamás engañaras al ojo experto.

El tiempo no detiene su andadura
el tiempo espía por la cerradura
y no te dejará hasta que hayas muerto.