Modo de Empleo

Este blog no se lee de arriba a abajo,
No estás leyendo versos, sino cartas,
Stewart o Caronte, quien reparta
que ponga la etiqueta a su trabajo.

Así, primero clica en "etiquetas"
y tendrás las epístolas juntitas.
¿leer de carrerilla? ¡quita, quita!
un lío, un error craso, una puñeta.

Ya ves, este es un blog con instucciones
de uso, síguelas, no es tan complejo,
tampoco hay que agitar antes de usar.

El tema es divertirse, ¡qué cojones!
si pasas y al salir estás perplejo,
ya sabes, tu deber es opinar.

domingo, 16 de enero de 2011

Catorce crisantemos

El mundo se hace añicos en mis manos,
no encuentro ni un lugar donde volver
y las gotas que juegan a caer
se ríen de mis pasos más lejanos.

La lluvia no se olvida los veranos
en que mojaba cada amanecer
mirando en mi cadáver florecer
catorce crisantemos inhumanos.

Si sigo siendo el mismo, es culpa mía,
repito sin cesar el mismo día
y vuelvo a cometer el mismo error.

El mundo se hace añicos otra vez
y vuelvo a comprobar la calidez
del agua en mi cadáver perdedor.

El vals del derrotado

El mundo gira y gira, rota y rota,
sin prisas y si pausa, concentrado,
no obstante tú te encuentras atrapado,
atado al día cruel de la marmota.

Pasando del fracaso a la derrota,
en un eterno vals desafinado,
la turbia luz del día te ha dejado
su pérfida tortura gota a gota.

La lluvia que alimenta crisantemos
y moja tu cadáver, y te ahoga,
y te hunde en un lodo miserable,

tal vez te eleve rauda a lo supremo,
tal vez te eche una mano y no una soga,
y al mundo roto vaya y le eche un cable.

Esta lluvia es distinta

La lluvia que me azota es diferente,
anémica, brutal, no sé, distinta.
que mezcla hache-dos-o con negra tinta,
y baña un corazón superviviente

cansado de bailar para una gente
que quiere revivir su fuerza extinta,
forzarlo a recordar, cortar la cinta
de un viaje hacia un destino inexistente.

Aún sigo siendo el mismo y he cambiado,
con cambios que empeoran lo que había
y queman los "placards" de la memoria.

Soy sólo ese bufón desafinado
que canta bajo la lluvia baldía
los restos que recuerda de su historia.

Lluvias torrenciales

Cuidado con la lluvia torrencial
que baña el corazón y la memoria,
el agua ayuda a veces en la noria
y en otras ocasiones es mortal.

Protégete del crudo vendaval,
su cántico es su seña disuasoria;
no cruces por la línea divisoria
que corta, parte a parte, bien y mal.

¿El Ying o el Yang? a veces, todo es falso,
y puede este turbión con los despojos
que quedan de los hombres que un día fuimos.

La sombra nos aguarda en el cadalso,
No dejes que la lluvia en nuestros ojos
pasee emborronando lo que vimos.