Te digo de las venus repeinadas,
las obras de taller de cirujano,
que pagan los amores bajo mano,
las reinas de diamantes remozadas.
Te cuento de las más afortunadas,
los mágicos amores de verano,
las que te hacen sentirte más humano,
las reinas de los tréboles amadas.
Te escribo de las barbie-caramelo,
las reinas del color de corazones,
la envidia de la envidia de las chicas.
Y te hablo de las femme fatale de hielo,
las grandes domadoras de emociones,
mis reinas favoritas, las de picas.
Modo de Empleo
Este blog no se lee de arriba a abajo,
No estás leyendo versos, sino cartas,
Stewart o Caronte, quien reparta
que ponga la etiqueta a su trabajo.
Así, primero clica en "etiquetas"
y tendrás las epístolas juntitas.
¿leer de carrerilla? ¡quita, quita!
un lío, un error craso, una puñeta.
Ya ves, este es un blog con instucciones
de uso, síguelas, no es tan complejo,
tampoco hay que agitar antes de usar.
El tema es divertirse, ¡qué cojones!
si pasas y al salir estás perplejo,
ya sabes, tu deber es opinar.
No estás leyendo versos, sino cartas,
Stewart o Caronte, quien reparta
que ponga la etiqueta a su trabajo.
Así, primero clica en "etiquetas"
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¿leer de carrerilla? ¡quita, quita!
un lío, un error craso, una puñeta.
Ya ves, este es un blog con instucciones
de uso, síguelas, no es tan complejo,
tampoco hay que agitar antes de usar.
El tema es divertirse, ¡qué cojones!
si pasas y al salir estás perplejo,
ya sabes, tu deber es opinar.
sábado, 8 de enero de 2011
Las buenas normalmente están prohibidas
Qué inventario de damas y de putas,
de reinas de cartón y porcelana,
de incólumes señoras cortesanas,
de imbéciles que sufren si disfrutan.
Cuánto elixir servido en palangana,
cuánta centrada, cuánta disoluta,
cuánta Madre Teresa de Calcuta,
cuánta niña de bien que sale rana.
Cuánta reinona falsa y desabrida,
cuánto arrabal de cuna en luna llena,
¿las buenas? con los dedos de la mano.
Las buenas normalmente están prohibidas,
qué pena que merezcan tanta pena...
por eso, amigo, soy republicano.
de reinas de cartón y porcelana,
de incólumes señoras cortesanas,
de imbéciles que sufren si disfrutan.
Cuánto elixir servido en palangana,
cuánta centrada, cuánta disoluta,
cuánta Madre Teresa de Calcuta,
cuánta niña de bien que sale rana.
Cuánta reinona falsa y desabrida,
cuánto arrabal de cuna en luna llena,
¿las buenas? con los dedos de la mano.
Las buenas normalmente están prohibidas,
qué pena que merezcan tanta pena...
por eso, amigo, soy republicano.
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