Tal vez el cruel destino se amotine
y lastre al fin tu vuelo hacia otra vida,
tal vez olvides lo que no se olvida
y un vil recuerdo oscuro te asesine.
Es posible que acabes desterrado,
o más aún, montando en guillotina,
y derramando alcohol y nicotina
mordido por los perros del pasado.
Quizás tu reino sea de otro mundo,
no eres ni el primero ni el segundo
que sufre con las tablas de esta ley.
Quizás hayas perdido la batalla,
pero si no has perdido las agallas,
no temas porque sigues siendo el rey.
y lastre al fin tu vuelo hacia otra vida,
tal vez olvides lo que no se olvida
y un vil recuerdo oscuro te asesine.
Es posible que acabes desterrado,
o más aún, montando en guillotina,
y derramando alcohol y nicotina
mordido por los perros del pasado.
Quizás tu reino sea de otro mundo,
no eres ni el primero ni el segundo
que sufre con las tablas de esta ley.
Quizás hayas perdido la batalla,
pero si no has perdido las agallas,
no temas porque sigues siendo el rey.
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