Llenando estos papeles por encargo
reí, lloré, conté algunas mentiras,
el nexo entre Valencia y Algeciras
me arranca nuevamente del letargo.
Admito en esta carta, sin embargo,
que el eco que me aturde y que conspira,
sus dardos de quietud certero tira
dejándome un silencio duro y largo.
Tal vez haya perdido una batalla,
pero regreso con fuerza renovada,
no ganará la guerra este vacío.
Igual que el mar regresa hasta la playa
mi voz regresa sin temor a nada,
dejándome un sutil escalofrío.
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