Si Hawking y los otros que has nombrado
leyeran el poema que inaugura
este rincón de ciencia y de locura,
quedaría yo, sin duda, abochornado.
Yo trato de entender, pero no atino,
la física es quizá mi punto frágil,
en otros menesteres soy más ágil,
no obstante me fascina el torbellino.
Se crea de una estrella blanca enana
que sufre y se condensa y por lo visto
atrae hacia su centro la materia.
La física me deja con las ganas
de comprender quién soy y porqué existo...
la duda me atormenta hasta la histeria.
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