Veo a tu reina llena de congoja,
lustrándose la piel con tu memoria,
la noche da pie siempre a estas historias
y el día es quien las flores va y deshoja.
Silencio le brindó la margarita
que trémula arrancó de tu laguna,
ayer le dió tu nombre a la Fortuna,
ahora se encomienda a Santa Rita.
¡Ay! reina de los tréboles comunes,
¿cuánto dolor camina por tu pecho,
y la cuarta de tus hojas pisotea?
Hoy tienes al dolor el alma inmune,
será que el Rey tambien tiene derecho
a disfrutar bailando con la fea.
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