No hay en el desierto poesía,
La Nada se maneja con destreza,
deja el silencio sólo la corteza,
la sombra de una duda seca y fría.
Cuánto silencio hubo en estos días,
cuánta desolación, cuánta tristeza,
pero has vuelto y contigo la belleza,
has vuelto y de tu mano la alegría.
Tal vez me lo tenía merecido
el frío de la noche me ha servido
para darle valor a este dueto.
En fin, has vuelto y a escribir me pongo,
que no vuelva a romperse este diptongo,
en tu soneto habita mi soneto.
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